HAYKUS

 Miro la lumbre,

las llamas me hipnotizan, 

construyo haykus.

 El leño arde

herido por las llamas,

ayer fue árbol.

Crepita el fuego,

su calor reconforta,

afuera llueve. 

Tautograma a Susana

 

   Siento sed, seco, sórdido. Sueño sus suaves senos, sedosos, seductores, sugerentes. Sueño saboreando su saliva, sin sentido. 

   Siendo suyo, señora, sortearía severas soledades. Sin sus secretos soy soldado sin salario, sicario sin svástica, sicópata sin solución. 

   Sus sorprendentes silencios son signos sutiles, sin salvación, sin súplicas.

   Silabeo su santa,  selecta Susana, sin saber si su singular, salvaje, sabiduría sexual, suele sentir satisfacción. Semejante sainete suele ser simulado.

   Sin sosiego sigo.

   Salud...!!

Mi ñi (Jitanjáfora al modo de Oliverio Girondo)

Mi ñi, mi ñu, 

mi muñicio, 

mi golodraña.

Mi ñi, tan ñu, tan luz

que me deselumbraña

y me embrañamora, 

y me elebrisma el mio lambreño

con ñobrios ñapes

con sus melindroños melibrochos

y bruñidas brañas, 

sus erovísperos, sus reñuelómeros

y suños muslómitos ñúspiros.

 Mi ñi, mi ñu, mi ñuésped, 

mi tóñico, 

mi oceáñida muñuera, 

mi ñodo.

 Me pone ñínto con una ñinga de uña en la añada.

 Qué misterio nástrico y grandileño.

 Mi ñu, 

mi ñi, 

tan ño.